Marcela Suárez Dirigente del SUTEBA |
Fuente: Diario Popular, sábado 6/10
Las autoridades del establecimiento tuvieron que suspender las clases y tirar toda la comida. “Lo que impresiona del caso es que no son lauchitas, son más grandes que gatos”, afirmaron los docentes
Las autoridades del establecimiento tuvieron que suspender las clases y tirar toda la comida. “Lo que impresiona del caso es que no son lauchitas, son más grandes que gatos”, afirmaron los docentes
En el jardín 962 de La
Matera, en San Francisco Solano debieron suspender las clases debido a
la gran invasión de ratas que presenta el establecimiento educativo en
el medio de una obra en construcción que se realiza en el lugar y
remueve cimientos, sumado a diversas tareas que se realizan en el
barrio, cloacas y pavimento.
La situación fue
tan desagradable para quienes trabajan allí que aún no salen del asombro
que les generó ver cómo “las ratas salían del horno donde se estaban
cocinando las milanesas de los chicos”, sentenció Marcela Suárez,
preceptora del Jardín 962
Cabe destacar que en la
tarde ayer les confirmaron que iría personal a desratizar las
instalaciones y luego deberán limpiar bien los salones, antes de que
puedan retomar las clases y volver a la normalidad.
Suárez
explicó: “Producto de la lluvia, se produjo una invasión de ratas en el
Jardín” razón por la que aguardan la desratización y limpieza profunda
de las instalaciones para volver al dictado de clases, que será entre
mañana y el lunes, porque sabemos que pueden producir enfermedades a
alumnos y docentes”.
Al parecer las ratas hicieron un nido en la sala de máquinas, donde hay un freezer, el tanque de agua y la caldera.
El
establecimiento se encuentra en la calle 889 y entre 815 y 815 bis del
barrio La Matera en San Francisco Solano, y allí al parecer, se viene
realizando una obra de ampliación que incluye remover infraestructura y
cimientos, “sumado a que el barrio también está creciendo y se están
colocando las cloacas y haciendo el pavimento, por lo que hay una zanja
abierta y eso también implica mucho movimiento de tierras”, sentenció
Suárez.
Suárez informó que si bien se tiraron
los alimentos por temor a que “estuvieran infectados de bacterias por la
invasión de estos roedores” detalló que está garantizada la vianda para
los chicos que concurren al comedor todos los días, que son 180
pequeños. En este sentido, la preceptora comentó cómo sucedieron los
desagradables hallazgos: “Primero vimos como 9 ratas gigantes atrapadas
en ese veneno que es como un pegamento, una cosa asquerosa, tan
impresionante que no lo podíamos creer. Luego por la tarde, vimos más, y
lo peor es que no es una lauchita, eran más grandes que gatos”.
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